Santiago de Chile
Allí ame a una mujer terrible,
llorando por el humo siempre eterno
de aquella ciudad acorralada
por símbolos de invierno.
Allí aprendí a quitar con piel el frío
y a echar luego mi cuerpo a la llovizna,
en manos de la niebla dura y blanca,
en calles del enigma.
Eso no está muerto,
no me lo mataron,
ni con la distancia,
ni con el vil soldado.
Allí entre los cerros tuve amigos
que entre bombas de humo eran hermanos.
Allí yo tuve más de cuatro cosas
que siempre he deseado.
Allí nuestra canción se hizo pequeña
entre la multitud desesperada:
un poderoso canto de la tierra
era quien más cantaba.
Hasta allí me siguió, como una sombra,
el rostro del que ya no se veía,
y en el oído me susurró la muerte
que ya aparecería.
Allí yo tuve un odio, una vergüenza,
niños mendigos de la madrugada,
y el deseo de cambiar cada cuerda
por un saco de balas.
(1973)
Silvio Rodríguez
5 Comments:
Interesante!!!! lo escribiste tu Marco o Marcia? no cacho.
Pero me gusto, senti escalofrios cuando lo lei.
Lo escribió mi querido amico Marco... y quién es la persona que sintió escalofríos cuando lo leyó?, no se quede en el silencioso anonimato.
muy bien Marcia!
fui yo, PILAR M.
Te acuerdas de mi Marcia? amiga de Marco.
Ahhhh siii hola Pilar, claro que me acuerdo de ti. Que gusto tenerte por estas letras. Un abrazo enorme.
Publicar un comentario
<< Home