domingo, agosto 16, 2009

Ahora sí, 38

Ahora sí, 38

Melissa está aquí y no puedo no llevarla a Londres 38. La última vez que estuve era naturalmente un jueves, y las compañeras y los compañeros estaban ahí recordando a los 119 torturados y desaparecidos del centro de tortura Yucatán en el pleno centro de la ciudad. Al llegar me llama mucho la atención el número: 38. Por fin la casa ha recuperado su verdadero número, que con los años había sido cambiado con el 40, como si dos cifras más pudieran borrar la memoria de unos actos tan deshumanos.
Por fin el colectivo de familiares y amigos, ciudadanos y compañeros, ha ganado la batalla y la casa será pronto casa de la Memoria e Instituto de Derechos Humanos. La fachada está limpia, porque ya no hace falta pintarla de rojo y negro. Las candelas ahora se encienden por el suelo adentro de unas botellas de plástico rigurosamente partida por la mitad. El suelo de la calle está hecho también por ladrillos y azulejos con los nombres de los 119, algunos blancos, algunos negros, otros gris como el resto de la calle. Un camino imaginario que nos conduce atrás con el tiempo, y a mí me recuerda cuando en la fiesta de los derechos que se organizó justamente en este lugar, aquello azulejos blanco y negro simplemente los habían pintado. Parece que la idea gustó, y así se queda, en el recuerdo.
Es un día especial, porque los compañeros de la casa okupa “AKI” acaban de ser desalojados, entonces en la fachada de la casa 38 se proyectan varios documentales y fotos de los hechos. Alejandro, uno de los okupantes, nos recuerda el espíritu y los objetivos del centro cultural pero no se desanima: “La lucha sigue, habrá otras casas para okupar, para recuperar, para que la gente del barrio se integre, conozca, se informe, aprenda, y nosotros con ellos…”. Compañero Alejandro presente, ahora y siempre.