Se busca manera de dejar a Marco en Chile

No, no y no... me niego a aceptar que tengas que partir!!!. Aún no recorremos todas las calles de Santiago, aún no viajamos por Chile, aún hay miles historias sin contar, aún hay mucha música que no hemos bailado, aún hay muchos textos sin escribir, aún hay veranos que no hemos pasado en Los Andes, aún hay tanto que necesito saber de ti.

Querido amico mio he pensado las maneras más extrañas de retrasar tu partida o mejor aún, no dejarte partir nunca!, pero no he encontrado ninguna en la que yo no termine un poco ridiculizada o tras las rejas, je. Sin embargo, como sigo negándome a que te vayas decidí que no te dejaré partir, que no me despediré y que voy a pretender que hemos dejado de vernos porque ambos estamos muy ocupados pero que apenas tengamos un tiempo nos vamos a juntar a tomar té para hablar de la vida, de nuestros amores, de nuestros sueños, de cuando será nuestra próxima salida.

Faltan exactamente siete días para dejar de verte "un tiempo", y es que si bien no quiero que parta uno de los mejores amigos que he tenido en mi vida, tengo la certeza (férrea, firme y clara, como pocas cosas se pueden tener así en este mundo) de que vamos a volver a vernos pronto y yo te preguntaré sin preámbulos cuánto me has extrañado; y tú (más te vale) me darás un número exacto... ya sabes, yo siempre quiero una cifra!.

Y si bien, insisto, no voy a despedirme, quiero darte pequeñas eternidades para que te acompañen en la nueva aventura que empiezas. Espacios, momentos, imágenes... cualquier cosa que mantengan vivas tus ganas de volver a este país flaco, largo, con muchas desigualdades, llena de sueños y sí, ya sabes, mujeres!!.

Tú y yo en el puente, una buena epifanía de que las barreras geográficas son sólo trazados y no muros...