viernes, septiembre 18, 2009

Quien va y quien viene

Estoy en Providencia con los Leones, espero la 403… al lado mío un cantor, con su guitarra, amplificación y un letrerito con el logo del Gobierno de Chile. En estos días he visto a varios cantores, pero él es el primero con este pase de reconocimiento. Cuando me regresé a Europa, los cantores del Sindicato estaban en ello, estaban luchando para poder conseguir el permiso de subirse a las micros del Transantiago sin que le cobraran el pasaje. Y lo han logrado. Sin embargo, también los que no hacen parte del Sindicato se suben igual, y a los choferes le da lo mismo…

Pero la diferencia se nota, se nota si alguien se sube para el dinero o por otra cosa. En cuanto lo veo me imagino que sea del Sindicato, así me acerco y le hablo: “Oye Usted es del Sindicado de Cantores Urbanos, verdad? – Así es – ¿y Hernán Báez sigue viviendo en Santiago o se fue a Valpo? – El Hernán, que loco, hace tiempo po que no veo al Hernán… creo que anda en España ahorita – ¿en España? Yo regreso a Chile y él se va a España? – así es la vida compadre, hay quien va y quien viene, pero si quieres esta tarde hay reunión, ahí podrás encontrar a los nuevos dirigentes – ¿En San Isidro verdad? – en San Francisco con 10 de Julio, ¿ubicai verdad? – Si po, ¡gracias!”

Así es la vida, esta vez me toca volver… el cantor se sube a la misma micro y empieza a cantar. Son canciones costumbristas, del Sur de Chile, de la “República Independiente de Magallanes”, pero bastante entretenida. Al final del repertorio hay espacio para una explicación histórica muy precisa sobre los términos en mapudungú, sobre el originen de las canciones. Parece una verdadera clase de historia de la música. La diferencia se nota, pero casi extraño al ciego de esta mañana, que sin cartelito, sin amplificación y con su flauta (mágica) me alegró el despertar con las notas de “Alturas” de Inti Illimani.

No soy cesante, esto es mi trabajo, así que cada colaboración es bienvenida”. Una gamba y medio también para él, pero me quedo con una sensación rara…