martes, agosto 18, 2009

para los que creen que a Chile le va bien...

andha chile a luchar...

domingo, agosto 16, 2009

Ahora sí, 38

Ahora sí, 38

Melissa está aquí y no puedo no llevarla a Londres 38. La última vez que estuve era naturalmente un jueves, y las compañeras y los compañeros estaban ahí recordando a los 119 torturados y desaparecidos del centro de tortura Yucatán en el pleno centro de la ciudad. Al llegar me llama mucho la atención el número: 38. Por fin la casa ha recuperado su verdadero número, que con los años había sido cambiado con el 40, como si dos cifras más pudieran borrar la memoria de unos actos tan deshumanos.
Por fin el colectivo de familiares y amigos, ciudadanos y compañeros, ha ganado la batalla y la casa será pronto casa de la Memoria e Instituto de Derechos Humanos. La fachada está limpia, porque ya no hace falta pintarla de rojo y negro. Las candelas ahora se encienden por el suelo adentro de unas botellas de plástico rigurosamente partida por la mitad. El suelo de la calle está hecho también por ladrillos y azulejos con los nombres de los 119, algunos blancos, algunos negros, otros gris como el resto de la calle. Un camino imaginario que nos conduce atrás con el tiempo, y a mí me recuerda cuando en la fiesta de los derechos que se organizó justamente en este lugar, aquello azulejos blanco y negro simplemente los habían pintado. Parece que la idea gustó, y así se queda, en el recuerdo.
Es un día especial, porque los compañeros de la casa okupa “AKI” acaban de ser desalojados, entonces en la fachada de la casa 38 se proyectan varios documentales y fotos de los hechos. Alejandro, uno de los okupantes, nos recuerda el espíritu y los objetivos del centro cultural pero no se desanima: “La lucha sigue, habrá otras casas para okupar, para recuperar, para que la gente del barrio se integre, conozca, se informe, aprenda, y nosotros con ellos…”. Compañero Alejandro presente, ahora y siempre.

La imagen que tengo de Santiago

La imagen que tengo de Santiago

La imagen que tengo de Santiago es lo que veo cuando salgo de la casa de Pilar. Un enorme espacio vacío, mis ojos viajan, no están para nada cargados por el panorama y pueden llegar hasta la cordillera, blanca, la nieve, el cielo azul… al lado la plazuela, con su mural, “inocentes”… los perros callejeros, las rejas de las casas, “se venden empanadas”…
“¿Te había dicho que probablemente nos van a expropiar la casa? – No, ¿y para qué? – Van a hacer una autopista, mira la carretera ya la están cortando para reducir el tráfico y poder empezar los trabajos – Puta la weá, ¿y qué vas a hacer? – no sé po, pero yo igual no lo creo, todavía pasará tiempo…”.
Será… ¿pero después? No sé si expropiarían una villa del barrio alto, una residencia en Vitacura o Las Condes, pero unas cuantas casitas en Puente Alto no valen mucho… y sobre todo las personas que las habitan no valen mucho… un barrio, un barrio pobre, “Puente Asalto”, 600.000 personas… Génova.
Para mí sí… todavía hay gente que se extraña cuando le digo que voy a ver a una amiga en Puente Alto. Como si no fuera parte de Santiago, como si un extranjero no pudiera tener amigos para allá… allá, al Sur…

Retorno al futuro

Retorno al futuro

Es como “Retorno al futuro”, es como volver a la Santiago que será y que de alguna manera está siendo… esta vez llego en invierno (2 de julio) y el color es otro: gris y no azul.
Y como no darse cuenta que también el color de las micros ha cambiado: el viejo y amado amarillo se ha vuelto blanco con una raya verde, un verde pálido, “sin brillo” dirían acá. El mismo verde de los paraderos, para los cuales (no preguntémonos a través de cuales escandalosas vías y concesiones) la administración pública parece que se gastó más de lo necesario… . Quién sabe cuántas lavanderías se han financiado con esta plata. Están ahí, algunos con sus líneas curvas, algunos con sus líneas rectas, pero todo del mismo verde.
El “Transantiasko”, apodo que amablemente le han concedido los ciudadanos santiaguinos, está en marcha, la fase más difícil ya ha pasado pero los escándalos han quedado. Y la noticia, hoy en día, es que por fin Gobierno (Concertación) y Oposición (Alianza) se han puesto de acuerdo para poner cifras a un plan de financiamiento de largo plazo para la capital y también para las regiones. Quizás Piñera quiso quitarse de encima la papa caliente, visto que cree por fin pueda ganar las elecciones. Víctor Jara diría: “total a sus olfatillos no hay olor que se les escape”.
Casi todas las micros son las mismas que antes, solo han vuelto a pintarlas para así darles una apariencia más europea. Los choferes conducen tan rápido como antes, la seguridad no sigue siendo prioridad, la contaminación no parece haber bajado, pero muchas cosas han cambiado. Los “sapos” han desaparecido, aunque en realidad alguno todavía anda por ahí, escondido detrás de un chaleco azul que dice “Gobierno de Chile”, o uno verde que dice “Transantiago” o “Express”. Las micros todavía no han adquirido la “inteligencia” europea, y así llegan tres 212 seguidas, se adelantan, algún chofer decide parar, otro no. Un caos, pero ahora un caos controlado. ¿Qué más da? Ahora que su sueldo no depende de cuanta gente se suba a la micro da lo mismo. Por lo menos se tarda mucho menos: cuando regresé por primera vez a comerme una pizza “da Vincenzo” llegué en 10 minutos… 10 minutos, increíble, antes habría tardado como mínimo el doble de tiempo. Y es así, los tiempos se han reducido casi siempre de la mitad, y eso no es nada malo. Más tiempo para la diversión, el estudio, el ocio, pensarán Ustedes… ojalá, pienso yo…